1 de marzo de 2011. El mayor terremoto que ha experimentado Tokio desencadena el desastre de Fukushima.  Alexandra acaba de llegar al país procedente de Francia para trabajar en un banco y tiene que afrontar esta crisis nuclear. Separada entre su trabajo y su familia, defenderá el honor y la palabra a pesar del terror y la ansiedad emergentes. “Un capitán nunca abandona su barco en plena tormenta”.

Basada en hechos reales. ¿Cuál es el precio del deber?

Nacido en 1969 en la región de París, Olivier Peyon creció en Nantes, donde, tras licenciarse en economía, decidió volver a París y trabajar como ayudante de producción en las películas de Idrissa Ouedraogo. Tras una estancia en el “Centro Nacional de Cine e imágenes animadas” de Francia (CNC), dirigió 5 cortometrajes, entre ellos Promis, Juré (1996), premiado en Rennes, Jingle Bells (1997), seleccionado para el 54º Festival de Venecia y premiado en Brest, Sarlat, Brest y Rennes, Claquage après Etirements (2000) y A tes amours (2001), premiado en Nueva York, Gardanne, Luchon y La Ciotat. Estas dos últimas películas fueron nominadas a los Lutins du court métrages.

Les Petites Vacances, estrenada en 2007, es su primer largometraje. Fue el ganador de los Premios al Primer Guión del CNC en 2003, recibió el Premio Gan al Mejor Guión en el Festival de Guionistas de La Ciotat y fue seleccionado para las lecturas de guiones en el Festival Premiers Plans de Angers en 2004.

En 2013 dirigió Comment j’ai détesté les maths, nominado al César del mejor documental. En 2016, dirigió con Cyril Brody un documental dedicado a Latifa Ibn Ziaten. En 2017, rodó su segundo largometraje, en Uruguay, Une vie ailleurs, con Isabelle Carré y Ramzy Bédia.

Natural de Rouen, donde nació el 24 de enero de 1966, se formó como actriz en el Liceo Corneille de su localidad natal y, posteriormente, en París, en el curso de comedia de Vera Gragh y en el Conservatorio Nacional. Con semejante curriculum no le fue demasiado complicado encontrar trabajo. Debutó en la gran pantalla a mediados de los 80, pero su primer papel de espesor fue en la comedia ¿Qué hacemos con la abuela?. Es, sin embargo, a mediados de la década siguiente cuando termina de asentarse como una de las primeras actrices del cine nacional con cintas como Les randonneurs, Besen a quien quieran o Le role de sa vie. Por estas dos últimas logra además sendos premios Cesar como mejor actriz y actriz secundaria respectivamente. Ha seguido ininterrumpidamente hasta hoy en la cresta de la ola gracias a filmes como París, Los últimos días del mundo,  Nada que declarar, Polisse, El amor es un crimen perfecto, La familia Bélier, Algo celosa…