Beethoven es el genio creador, un dios todopoderoso. Al menos uno de los que conforman esta religión politeísta que es la música. A su derecha y bajo su sombra, tan alargada como el más alto de los cipreses, se sitúan prácticamente todos aquellos que vinieron después. En este Triple concierto nos dispara de nuevo, directamente, a aquello que nos hace verdaderamente humanos: el alma.