La colorista película de Wanuri Kahiu relata la historia de dos chicas en un barrio de Nairobi. Kena, que suele pasar las tardes jugando al fútbol con los chicos del barrio, conoce un día a Ziki, una aficionada al Street Dance. En un sofocante entorno tradicional, su relación abre la posibilidad de otra realidad. Se enamoran, pero en Kenia -como en la mayoría de los países africanos-, las relaciones homosexuales son ilegales. Así, cuando la comunidad descubre su idilio, les reprime violentamente y les obliga a someterse a las convenciones del patriarcado. La difusión de esta película se prohibió en Kenia por ensalzar la homosexualidad, pero la directora recurrió la decisión y finalmente fue autorizada a mostrarla durante una semana en su país. De este modo pudo presentarla en el Festival de Cannes.