Samson et Dalila, ópera en tres actos con libreto de Ferdinand Lemaire inspirado en el Libro de los Jueces del Antiguo Testamento estrenada, gracias al apoyo de Franz Liszt, en el Teatro de la Corte de Weimar en 1877 tras 10 años de trabajos con no pocas dificultades y renuncias pasajeras de Camille Saint-Saëns, nos cuenta el duelo entre un hombre con apariencia de titán y una mujer que lo arrastrará a la perdición cortándole el cabello, símbolo de su fortaleza.
En una nueva producción del Teatro de la Maestranza en coproducción con el Teatro Clásico de Mérida dirigida escénicamente por Paco Azorín, el director musical Jacques Lacombe, responsable de la Ópera de Bonn, se pone al frente de la ROSS y del Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza.
La Biblia y la ópera, dos mundos en apariencia lejanos, se funden en Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns (1835–1921) en un título lleno de pasión y exotismo que, pese a su presentación escénica y la extraordinaria potencia dramática del personaje de Dalila -un papel escrito originalmente para Pauline Viardot- no reniega del todo de su original arraigo -pues ese fue el proyecto inicial de Saint-Saëns- en el oratorio.
La historia del general hebreo Samson, seducido por su enemiga filistea Dalila, esconde una fábula moral sobre la castidad y la lujuria que enardece el corazón de los espectadores en arias arrebatadoras como “Mon coeur s´ouvre á ta voix”, inmortalizada por María Callas.