En la última década el textil ha sido un medio explorado por numerosas artistas actuales, al mismo tiempo que se ha producido una recuperación de creadoras históricas que venían utilizándolo de manera continuada a lo largo de su trayectoria. Seis mujeres de varias generaciones son las protagonistas de esta exposición: Hellen Ascoli (Guatemala, 1984), Paola Besana (Italia, 1935-2021), Ulla von Brandenburg (Alemania, 1974), Sheila Hicks (Estados Unidos, 1934), Belén Rodríguez (España,1981) y Pae White (Estados Unidos, 1963).

Este medio artístico tiene unas características propias que lo hacen especialmente singular, propiciando tanto su especificidad, como también su constante interrelación con otras disciplinas. Su carácter híbrido y tradicionalmente asociado a la producción cultural femenina, favorece un escenario especialmente connotado en el que debemos situarnos siendo conscientes de sus implicaciones estéticas, pero también antropológicas, políticas y coloniales.

Ulla von Brandenburg. Das Was Ist. 2020

El lenguaje visual de Ulla von Brandenburg, artista alemana afincada en París, parte de la temática y las tradiciones del teatro, el escenario y la teoría del color. Su obra Das Was Ist (2020) consta de una serie de telas pintadas con una abertura circular en cada una de ellas, dispuestas una tras otra, en paralelo. Se relaciona espacialmente con la antigua iglesia del Monasterio de la Cartuja a través, principalmente, del gran rosetón en la fachada y, ya en el interior, mediante el reloj de gran tamaño situado en el ábside.

Sheila Hicks. La Sentinelle de Safran. 2018

También afincada en París, Sheila Hicks se interesó por el arte textil desde sus inicios en la Escuela de Arte de la Universidad de Yale, donde se formó como pintora bajo la tutela de Josef Albers (1888-1976). A través de él conoció a la artista textil Anni Albers (1899-1994) de quien aprendió varias técnicas. A finales de los años 50, gracias a una beca Fulbright, pasó una temporada en varios países de América Latina, entre ellos Perú, Bolivia y Chile, donde adquirió también conocimientos de los tejedores autóctonos. Se muestran tres obras ligadas a la expansión colonial europea en América. Con La Sentinelle de Safran (2018), Hicks desata un frenesí de matices cromáticos que alude al uso de pigmentos naturales tradicionales y un paisaje de texturas que envuelve al espectador.