En marzo de 2021, los franceses Marc Soustrot y Michel Plasson fueron nombrados, respectivamente, Director Titular y Artístico y Director Honorario de la ROSS. Presentan esta temporada un programa en el que abundan las obras del repertorio galo.
Las noches del Lope 1
Piotr Ilich Chaikóvski | Serenata para cuerdas en Do mayor, Op. 48
Arnold Schoenberg | La noche transfigurada, Op. 4 (vers. 1943)
Director | Marc Soustrot
En la Serenata para cuerdas de Chaikóvski, compuesta en 1880 como homenaje a Mozart, se manifiesta, desde sus primeros y agitados compases, el característico apasionamiento del compositor ruso. Escrita en uno de sus escasos periodos de serenidad es, como toda la riquísima obra de esos años, una intensísima respuesta a su fracaso sentimental.
Más oscura, La noche transfigurada, compuesta por Schoenberg en 1899 sobre los versos del poeta alemán Richard Dehemel, nos conduce a espacios de conciencia más perturbadores, donde el deseo es sublimado en una catarata de espasmos cromáticos que anticipan ya el atonalismo que hizo célebre a su autor.
Las pulsiones eróticas de finales del siglo XIX, -cuando el amor romántico alcanzó su clímax en dramas y novelas-, y los efectos de la represión de estas pulsiones, que concitaron el estudio del psicoanálisis freudiano al filo del siglo XX, palpitan en estas dos obras, exponentes de una nueva sentimentalidad que explica su popularidad en el gran público.
Las noches del Lope 2
Wolfgang Amadeus Mozart |
Concierto para fagot y orquesta, en Si bemol mayor, K. 191
Franz Schubert | Sinfonía nº 5, en Si bemol mayor, D. 485
Fagot | Álvaro Canales Albert
Director | Marc Soustrot
“¿A qué vienes ahora, / juventud, / encanto descarado de la vida…?” se pregunta Gil de Biedma sabiendo ya la respuesta: “Nos anuncias el reino de la vida, / el sueño de otra vida, más intensa y más libre”. Ese reino nos lo entregan estos dos jóvenes inmortales, con obras compuestas antes de los veinte años, que despiertan en nosotros la alegría de vivir y demuestran que la ligereza no está reñida con la melancolía.
El Concierto para fagot, el primero que Mozart dedica a un instrumento de viento, fue escrito en Salzburgo a los 18 años por encargo del barón von Dürnitz, fagotista aficionado. Combina una “desarmante sencillez” con una exploración de los recursos del instrumento que conduce al virtuosismo.
Schubert compone su Quinta sinfonía en 1816, y en ella afianza su capacidad melódica. La obra tiene un aire de música de cámara y una innegable influencia mozartiana en la alegría de sus movimientos extremos. Ese mismo otoño tuvo lugar una interpretación privada a cargo de una orquesta de aficionados, en la que el propio Schubert tocaba la viola. Hasta 1841 no se estrenó en público.
