Llega a Sevilla la exposición del CaixaForum comisariada por el coleccionista francés, Bernard Mahé, que aporta además una parte importante de los fondos con los que traza una panorámica completa e inédita de la historia del cómic occidental. Con más de 300 páginas originales de los autores más célebres de Europa y América, destacamos la presencia francesa y francófona ampliamente representada.
El noveno arte cuenta con una larga tradición en el mercado del arte. De la asociación de la Fundación La Caixa y del coleccionista francés, Bernard Mahé, uno de las más importantes de Europa en esta materia, nace este proyecto que se ha completado con préstamos de numerosas instituciones y de coleccionistas privados, así como de los propios autores, en el caso del cómic español. Mahé ha comisariado esta muestra junto a su equipo de La Galerie du 9ème art y a los expertos, Vicent Sanchis, escenógrafo, e Iván Pintor, profesor de Historia del Cómic en la Universitat Pompeu Fabra.
Les dejamos las declaraciones que hizo Bernard Mahé con motivo de la inauguración de la muestra en Barcelona en mayo pasado:
La edad de oro del cómic francobelga
Al término de la Segunda Guerra Mundial triunfaron en Francia y Bélgica las publicaciones juveniles, entre las cuales la revista Tintin y Le Journal de Spirou. Cada una de estas dos revistas competidoras reivindicó su propia línea editorial, hasta tal punto que se crearon dos escuelas muy diferenciadas: la escuela de Bruselas, caracterizada por la línea clara de Hergé, y la escuela de Marcinelle, representada por André Franquin.
En 1959 nacía otra revista importante, Pilote, que desde su primer número tuvo un gran éxito con Astérix, la mítica serie de René Goscinny y Albert Uderzo. Pilote llevó el cómic al gran público y dio a conocer a una nueva generación de dibujantes: Jacques Tardi, Jean-Claude Forest, Jijé y Didier Comès, entre otros.
Con el Mayo del 68 se produce una revolución y se consolida un cómic adulto que aspiraba a ampliar horizontes con nuevos temas y nuevas estéticas: L’Écho des Savanes, Métal Hurlant, Fluide Glacial y más tarde (À SUIVRE) se inscriben en este movimiento, con proyectos editoriales radicales e innovadores y autores como Claire Bretécher, Jacques Tardí o Jean Giraud, presente en este ámbito con diversas páginas de El Teniente Blueberry, que creó antes de revolucionar el mundo del cómic bajo el pseudónimo de Moebius.
La explosión fantástica en Estados Unidos y Europa
Esta sala está dedicada a figuras como Jeffrey Catherine Jones, Richard Corben, Moebius y Alejandro Jodorowsky, Frank Frazetta, Jean-Claude Mézières y Pierre Christin, François Schuiten y Benoît Peeters.
A partir de los setenta aparecen relatos fantásticos a uno y otro lado del Atlántico. Liberados de la censura y alentados por la corriente libertaria del 68, los autores de cómic se sumergen en una efervescencia creativa y reescriben el mapa de las relaciones entre el cómic y el resto de las formas expresivas.
De Moebius se expone una doble página original de la serie Arzach, considerada una de las máximas obras maestras de la historia del cómic.
Este ámbito finaliza con Enki Bilal, autor fundamental de origen yugoslavo afincado en Francia que llevó a la máxima expresión la relectura de la tragedia histórica desde la ciencia ficción más radical.
A partir de los ochenta, revistas punteras como RAW en Estados Unidos aglutinaron a la nueva vanguardia, formada por autores como Art Spiegelman o Charles Burns, y después en los noventa colectivos como L’Association en Francia, contribuyeron al nacimiento de un nuevo tipo de cómic a finales del siglo XX.
Finalmente, las experiencias de Chris Ware, Scott McCloud o Marc-Antoine Mathieu han abierto el camino a un cómic-ensayo, y en España, una nueva generación de autoras como María Medem, Ana Galvañ, Laura Pérez, Marta Cartu o Marta Altieri exploran todas las posibilidades tanto del papel y los nuevos recursos como del scroll infinito.
