Destacamos la primera exposición individual en España de la artista colombiana Gala Porras-Kim cuyas obras instaladas en la Zona Monumental del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo cobran si cabe todo su sentido al permitir sus muros que los ecos del pasado y de lo ausente retumben en el pliegue barroco de las telas que pintó Zurbarán o en la tumba hoy vacía de Colón, susurrando escritos de Gilles Deleuze o Édouard Glissant.
La muestra comprende treinta y tres obras que abarcan numerosos lenguajes artísticos (vídeo, dibujo, pintura, instalaciones, arte sonoro…) e indagan en la arqueología, la lingüística, la antropología y la historia. Con ellas la artista, que vive y trabaja en Los Ángeles (EEUU), reivindica los cuidados no sólo materiales sino también espirituales en los museos y reflexiona sobre cómo está escrita e interpretada la Historia.
El lenguaje visual de Gala Porras-Kim (Bogotá, 1984) se inspira en el mundo de la arqueología y la museografía para crear colecciones de artefactos medio reales, medio imaginarios, que desafían con picardía -y legalmente- las clasificaciones culturales establecidas. cuyas producciones nos remiten a las culturas ancestrales, al tiempo que abordan temas controvertidos como el tratamiento de la muerte y los objetos sagrados en los museos.
Desde el dibujo a la producción de sonido, pasando por el vídeo, la instalación, la producción de artefactos y la apropiación de objetos, Porras-Kim pretende «descolonizar» nuestra relación con el conocimiento, demasiado a menudo concebido desde un punto de vista exclusivamente occidental, y dinamizar su relación con el espectador.
Sus proyectos, de naturaleza interdisciplinar, suelen arrancar analizando archivos o depósitos de museos antropológicos y arqueológicos, y en ellos pone en cuestión cómo se adquiere el conocimiento en las ciencias sociales y cómo las medidas de conservación de las instituciones priman el mantenimiento físico de los objetos pero no consideran sus funciones intangibles o la parte espiritual de la colección.
Se muestran también algunas obras de la artista realizadas durante su residencia en el FRAC de Nantes, donde descubrió un vertedero de piezas cerámicas que eran descartadas por no cumplir con los requisitos de calidad y fue recogiendo diferentes fragmentos para reconstruir las piezas que nunca fueron a modo de restos arqueológicos. Por cuestiones relativas a la titularidad, el trabajo resultante no puede ser trasladado. Por ello, cada vez incluye un dibujo en una de sus muestras para exponerlo junto a otras piezas. En esta ocasión, el dibujo escogido es el de la obra titulada Provenance (Marseille Reconstruction 3)
